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Para trabajar con personas mayores tienes que ser un@ gran profesional, lamentablemente en esta residencia hay auxiliares que dejan mucho que desear. Nuestros mayores no se merecen que cuatro impresentables las traten mal.nLa próxima vez que me entere de que a mi suegra tiene algún incidente tomaré las medidas oportunas. Utilizando lo que la tecnología me permite para poder tener las pruebas pertinentes.nPor cierto he visto una reseña donde comentan que a una residente le desapareció una medalla de oro...casualidad pero a mi suegra allí también le ha desaparecido.nPor cierto, no me contesten para decirme que lo comunique al centro. Eso ya lo hemos hecho. Lo hago público para que la gente pueda leerlo y decidir.

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Llegué a la Urbanización de Mayores lleno de inquietudes, con la sensación de estar traicionando a mi padre. Siempre había querido vivir solo y lo respetamos hasta que se encamó, tres meses, algo inmanejable incluso en lo psicológico, a pesar de ayudas de vecinos y el ayuntamiento. Tras estudiar en internet docenas de residencias, ninguna se libraba de reseñas y valoraciones que hacían pensar que se trataba de centros de abandono.nnEste centro era de los mejor valorados, pero lo elegí por su aspecto y por su coordinadora. Elena me convenció porque no intentaba convencerme, simplemente con respuestas claras y honestas, más su empatía con lo que sucedía a mi padre. Lo llevé con esa misma medio-sonrisa falsa con que intentaba esconder los ojos lacrimosos al dejar por primera vez a mis hijos en el colegio: “No te abandono, yo vuelvo, tienes que estar aquí, para aprender”, les decía a mis hijos y ahora a mi padre. En el caso de mi padre, para aprender andar de nuevo y a valerse por sí mismo.nnMi padre se adaptó (y fue adoptado) enseguida. Para mi sorpresa, logró caminar; lo que podía caminar con su corazón débil necesitado de montones de medicación. Caminaba lo suficiente para volver a marchar unos metros -y algunos más con un andador-, antes de descubrir la silla de ruedas y deambular a sus anchas “por el hotel”. Porque Urbanización de Mayores fue eso para él, un hotel con pensión completa. Nunca asoció el nombre Urbanización a “asilo” (que le aterraba) o residencia de ancianos (aunque se quejaba de que estaba lleno de viejitos, como si él no tuviera espejo).nnMuchos de mis interlocutores cuando me presentaba allí parecían estar siempre al tanto de todo lo que le ocurría a mi padre o por dónde andaba: María, en la recepción, Chefi, que quizá por tener los mismos ojazos claros que mi padre, se desvivía ocupándose de su cuidado y aseo cada mañana.nnUn día, tomando un aperitivo en un bar de la misma calle, me dijo: “¿Volvemos ya a casa?”. Qué sorpresa, se estaba refiriendo a la residencia. Ahí supe que no me había equivocado, que lo consideraba “su casa”. Ojalá me lo hubiera planteado antes, porque aquello no fue una traición, sino darle algo mejor de lo que yo mismo podía darle. Gracias por la dedicación y cariño que habéis demostrado hacia mi padre mientras estuvo aquí.

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Esta residencia es una constante negligencia para lo que se abona mensualmente.nMi abuelo entró siendo independiente y acabo siendo dependiente sin dejar que èl hiciera lo que podía.nRespecto a la medicación en varias ocasiones por las noches no le daban la medicación adecuada debido a que las personas que trabajan en este centro no son tituladas por lo que no pueden administrar medicación.nLas enfermeras de la noche los dejan desatendidos, si sufren caída la enfermera aparece tarde para desviar al hospital o no.nLa comida en esta residencia dicen que esta regulado por un dietista pero no es así, las comidas se hacen para todos y si no comen les da igual.nMi abuelo se quejaba siempre del personal de la mañana cuando le aseaban y vestían manifestando que le tratabn mal y le hacian daño a la hora de moverle dejándole hematomas día si y día también.nEn ocasiones mi abuelo ha manifestado que hay cucarachas y gatos por la residencia entrando y saliendo.nLas sabanas decía que estaban sucias y eran muy secas haciéndole heridas en las rodillas y talones.nLa supervisora de la mañana deja mucho que desear con su falta de empatía y profesionalidad ante cualquier tema o problema.nNO RECOMIENDO ESTA RESIDENCIA POR TODAS SUS NEGLIGENCIAS QUE NO SON POCAS.nSI ALGUIEN ESTA PENSANDO EN METER AQUÍ A SU FAMILIAR OS ACONSEJO QUE MIRÉIS LAS INSTALACIONES, EL PERSONAL CUALIFICADO,nLAS HABITACIONES Y COMPRUEBEN TODO ANTES DE PAGAR E INGRESAR A TU FAMILIAR.

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Mi madre ha estado en esta residencia durante casi dos años y destacamos, por encima de todo, la cercanía, el trato humano y la atención de todo el personal que han hecho sentir a mi madre como en casa. Gracias por todo

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Un trato humano y cariñoso a los residentes , todo el personal que trabaja allí siempre es atento y amable y sobre todo hacen que los residentes se sientan genial. Hay actividades todos los días, hacen ejercicio con fisioterapia, incentivan la memoria con las terapeutas, realizan fiestas temáticas donde ellos disfrutan colaborando en los montajes. Las comidas se elaboran allí y cuando tienes alguna consulta siempre te atienden amablemente. Desde el equipo de auxiliares, que les cuidan con gran cariño, supervisoras, enfermeras, médicos, personal de recepción, limpieza y lavandería, mantenimiento ..trabajador social y coordinadora, la directora...en general todo el personal pone el corazón en el cuidado de nuestros familiares. Es un centro estupendo. Lo recomiendo sin duda.