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Organizacion un desastre, a mi tia le quitaron los 2 dientes que sujetaban dentadura por su cuenta un amigo de ellas que era dentista y le ponian empanada de cena, visto con mis propios ojos. A mi me decian que le daban todo triturado. Las trabajadoras muy majas pero la madre y las hijas que dirigen la residencia un desastre.

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Tuve dos familiares (ya fallecidas, una de ellas altamente dependiente), en la residencia moledo. Escribo esto no porque me paguen ni por ser amigos, si no como reconocimiento a su trabajo A TODO EL PERSONAL, sin duda estoy muy contento y ellas también lo estaban, ya que pese a las reticencias de muchos mayores de ir a una residencia, pronto no querían salir de allí, gracias a que tenían deportes, juegos, peluquería, misas, etc, y unas buenas instalaciones, haciendo que pudiesen tener rutinas como en la vida normal fuera del centro. El personal es el mismo siempre, haciendo que los mayores se sientan mas a gusto con quienes los cuidan. Simplemente gracias

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Mi experiencia es totalmente positiva. Residencia pequeña, de trato familiar, donde los residentes no son un mero número más.nEl trato hacia ellos es fantástico así como el acompañamiento, por parte de todo el equipo, a las familias; especialmente delicado durante todos estos meses tan duros.nDe necesitar un recurso como el residencial no se me ocurre centro mejor.nPor mi parte, lo recomiendo al 100% sin ninguna duda.nLos mayores están ahí, no como en su casa, sino en Su Casa.nMi enhorabuena y agradecimiento a todo ese equipo que día a día intenta superarse y superar las adversidades.

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Se trata de una empresa familiar cuyos miembros desempeñan funciones de dirección, enfermería y administración. Opino que en su actividad prima la relación de parentesco sobre la profesionalidad, no necesitando ser competentes para conservar sus puestos de trabajo. Destacaría el elevado nivel de estrés del equipo directivo y la ausencia de empatía de la enfermera.nnBuenos auxiliares pero sobrecargados de trabajo, lo cual no permite una buena atención a los residentes.nnPienso que dedican demasiado tiempo a actividades religiosas, en detrimento de otras que podrían ser más lúdicas o estimulantes.nnDesaconsejo este centro, sobre todo para personas con un grado elevado de dependencia.

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Hace aproximadamente 4 años y mirando el contexto de no poder ofrecer a mi madre las atenciones que necesitaba, la familia decidió que la mejor forma de actuar, era que ella entrará en la residencia. La decisión fue dura y complicada porque todo el mundo piensa, que de alguna forma cuando se envía al “abuelo” a la residencia, es como el que manda el coche al desguace, pero en realidad no es así… más bien se trata de buscar ofrecer la calidad de vida y humana que se merece una persona en su recta final de vida.nnPorque si algo nos ha demostrado esta residencia, era que detrás de cada nombre, de cada persona… había una cantidad de historias y vivencias increíbles… Hemos compartido guerras, penas, tristezas, alegrías, anécdotas y curiosidades, que perfectamente podrían ser los párrafos de una novela.nn(No os podéis ni imaginar lo que hemos echado de menos ese ratico estos meses de cuarentena y lo que lo vamos a seguir echando…)nnNos encanta cuando alguno de los trabajadores de la residencia nos contaba las anécdotas que habían pasado en los días previos o simplemente al pasar le decían: ¡¡¡Guapa!!! o ¡¡¡cuánto te queremos!!!nnPorque que sepáis que para las familias que vamos de fuera a visitarlos, esos gestos de afecto los agradecemos mucho, y ver tanto cariño y tantos besos y abrazos a tus seres queridos por parte del personal siempre ha sido de agradecer.