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horrible mi experiencia allí. elegid una residencia pequeña donde os permitan darles la comida a vuestros padres porque si son asistidos te echan de allí con unas maneras horribles.pido perdón a mis seres perdidos por haberles llevado allí. contratad a alguien que os cuide en vuestra casa a vuestro familiar. es la mejor elección. os lo digo con el corazón en la mano.

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No hay día que no recuerde a mi padre y el trato tan nefasto y humillante que sufrió en este centro y lo mal que lo tuvo que pasar el pobre, entró de forma temporal por una rotura de hombro y falleció a los 5 meses, por negligencia del centro, no le pusieron medidas de seguridad en la cama, sabiendo que llevaba el brazo inmovilizado y tuvo muchas caídas y se quedaba la noche en el suelo hasta que a alguien se le ocurría aparecer, una vergüenza , le dejaban solo en el baño y se rompió la muñeca de la mano sana, le robaron dinero, le crearon una infección de orina por ponerle pañal cuando no lo necesitaba y le tuvieron que ingresar, sufre dos ictus y le dejan en la habitación más alejada del pasillo a pesar de que necesitaba más atención, tuvimos reuniones con la directora y la muy falsa no hizo nunca nada, la doctora una negligente que no se ocupaba de los abuelos, yo misma le avisé que había uno caído y me dijo que ya irían por el, las auxiliares y enfermeras unas negligents . No lo recomiendo para nada, hay otras opciones mejores, encima a mi me lo recomendó la pedadoga del centro y es el peor consejo que he tenido en mi vida, ojalá no la hubiera hecho caso,

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Buenos días.nHace una semana vine a visitar la residencia para mi madre y aunque al final la pobre no pudo venir, quiero agradecer el trato recibido por parte de María Jesús y M. De Ángel. Gran profesionalidad, instalaciones muy buenas y precio competente. Tienen un trato cercano y empático acorde con lo que iba buscando para la persona más especial de mi vida, mi madre.nLo dicho una residencia con alma.

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Mi madre lleva un año y medio allí. Ella está contenta y yo tranquila de verla bien atendida. El personal es muy amable y la habitación siempre está limpia. Las zonas comunes son bastante cómodas

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Si vuestro familiar es un gran dependiente, NO os planteéis llevarle a esta residencia. No pudimos tener peor experiencia con mi padre.nCuando alguien tiene que tomar la decisión de llevar a su ser querido a una residencia, es porque no hay otra opción, pensando que esta será la manera de estar atendido conforme a sus necesidades. Tras mirar varias residencias y consultar con servicios sociales de Valdemoro, nos decidimos por esta, porque en teoría “era la mejor de Valdemoro”… nada más lejos de la realidad…nSi todo fuese como te cuentan en la entrevista inicial, otro gallo nos cantaría, pero sólo son palabras que se las lleva el viento.nNuestro gran temor al estar mi padre en casa, era que terminase encamado, ya que su movilidad tras haber sufrido un ictus, cada vez era menor, y pensábamos que en la residencia, con las atenciones necesarias, lo evitarían o al menos lo retrasarían.nEn poco más de medio año, mi padre se pasaba gran parte del día encamado, sin realizarle los cambios posturales adecuados, sin hidratarle como él necesitaba, porque no podía hablar, no podía avisar a nadie para pedir que le dieran agua o que le ayudasen,... Todo esto, estando pendientes nosotros, yendo a estar con él a menudo y viendo como se bebía grandes cantidades de líquidos cuando íbamos a verle, porque por allí no pasaba nadie en horas, y él no podía beber por sí mismo. Lo hablamos mil veces, y todo eran excusas y buenas intenciones, pero seguían haciendo lo mismo.nTras un ingreso en el hospital, que fue efectuado porque mi hermano al visitarle le notó muy decaído (no porque ellos se diesen cuenta…esto ocurrió varias veces), mi padre salió con la escara prácticamente curada, porque en el hospital Quirón Salud de Alcorcón se volcaron con él y le atendieron con el cuidado que se merecía, hidratándole, haciendo cambios posturales frecuentemente, realizándole las curas adecuadas, consiguiendo que le úlcera estuviese prácticamente curada.nAl volver a la residencia, hablé directamente con la directora, para pedirle que por favor, estuviesen muy pendiente de curarle la escara, les llevé incluso los parches que habían utilizado en el hospital y les dije como estuvieron curándole allí, para que siguiese mejorando y no volviese a empeorar.nEn un mes, nos enviaron un correo, no una llamada, un correo, informándonos de que la úlcera de mi padre había pasado de grado 1 a grado 4 (el peor) y que le iban a tener encamado desde después de la hora de la comida hasta el día siguiente… Imagináos nuestros disgusto, impotencia y malestar…nEscribimos un correo y pedimos una reunión urgente con la dirección. Lo mismo, buenas palabras que no sirvieron para nada. Justo en esos días, llegó una doctora nueva, que fue la única que se implicó de verdad con mi padre y con nosotros, pero desgraciadamente duró poco tiempo allí. Al menos con ella, conseguimos que mejorase algo la escara, que le hiciesen una analítica completa, le recetasen unos batidos de proteínas, que hasta ese momento comprábamos nosotros, le doblasen la cantidad de comida, porque estaba muy delgadito, y aún después de haberlo pautado ella, tuvimos que dar varios avisos, porque no lo hacían…nCuando íbamos a verle, a veces le encontrábamos algunas marcas que para que nos explicasen de que habían sido, el médico tenía que hacer una investigación, porque allí nadie sabía nada. Son tantas las cosas que podría contar, que no acabaría…nCuando mi padre ingresó en el hospital, el Diciembre pasado, se quedaron impresionados por su estado...nIngresó con una sepsis provocada en gran medida por la úlcera abierta que tenía en el sacro, deshidratado,…nEn el hospital Quirón Salud de Alcorcón, le cuidaron, respetaron y atendieron con todo el cariño del mundo hasta su último día. A nosotros como familia, también, mostrando mucha más empatía hacía nosotros y hacía mi padre, que la que mostraron en la residencia en la que vivía. Estamos agradecidos porque pudiera irse rodeado de todos sus hijos y sus seres amados, en un lugar(hospital) que aunque no era su hogar, le trataron con la dignidad y cariño que se merecía.