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Mi nombre es José María y solo puedo decir: Estupendo trato hacia mi madre Esperanza y hacia nosotros en todo momento. Obviamente hay cosas mejorables pero ocurre en sitios mucho más caros que Joaquín Rosillo, lo sé desgraciadamente por experiencia con otro familiar. Pero esto no desmerece la labor y dedicación del equipo al pleno. Desde Constanza y Fátima las trabajadoras sociales, pasando por enfermeria con Sandra y Nora a la cabeza, David el fisio, auxiliares como Rocio y conserjes como Javi y Fernando, gobernantas como Estrella, cocina y un equipo de limpieza como en pocas residencias, llegando a la dirección muy bien representada en la persona de Lidia.nMi madre estuvo poco tiempo pues ya iba muy malita aunque nosotros lo desconocimos hasta incluso después de su fallecimiento. Es una historia larga que no voy a referir, simplemente voy a dar las gracias a los profesionales de esta residencia por realizar un trabajo difícil, con el que a veces se empatiza poco y hacerlo de una manera digna. Muchas Gracias.nMención especial para Francisco Crespo, el ángel que vela de forma completamente altruista del bienestar de los residentes y familiares. Una ayuda excepcional en centros como este y con un valor para mí inestimable. Gracias también, Paco.

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Dos meses han bastado para que falleciera desidratada, descuidada y desatendida. La lucha con el personal fue titánica y de nada sirvió. No traigan a sus familiares aquí.nAgradezco a María Jesús su cariño.nA los coordinadores de auxiliares ynde enfermería y a la dirección del centro un auténtico 0.nNo traigan a sus familiares aquí.

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Mi suegro estuvo unos meses en la residencia mientras se recuperaba de una caída y el trato y los cuidados fueron inmejorables. Muchas gracias a todo el personal.

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Escribo esta reseña porque me acabo de dar cuenta de que mi reseña fue censurada, y no puse nada más allá que dar a entender que los números es lo que más importa, según mi punto de vista, por lo que observé durante la estancia de mi madre.nSi tenéis a familiares con Alzheimer o algún tipo de demencia, no aconsejo llevarlos a este lugar.nMi madre, con un Alzheimer muy avanzado, falleció en esta residencia en pleno confinamiento, en marzo del 2020. A principio del confinamiento, se quedaron sin personal suficiente, e incluso llegaron a rechazar la ayuda de Médicos sin Fronteras, así que los actos hablan por si solos......Fue una de las residencias con más mortalidad de toda España durante el confinamiento.. Solicité a la residencia la información del tratamiento prescrito hasta su fallecimiento, ya que se supone que tenía COVID, (algo que jamás se diagnosticó por escrito, dato curioso), y no me facilitaron nada. Anteriormente tuvo sarna, y también lo ocultaron todo.nEspero, por el bien de los residentes, que algo haya cambiado para mejor en esta residencia, aunque por alguna reseña que leo parece que todo sigue por el estilo, muy triste.....

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La Residencia en términos generales bien,lo que no entiendo es que haya tanto movimiento de personal cuando ya los ancianos están acostumbrados y se estrechan vínculos con los cuidadores.En especial mi enhorabuena para la Srta Rosa María Jiménez Gomez por su profesionalidad ,cercanía y amabilidad con los residentes y familiares.Siempre dispuesta a ayudar .